CAPÍTULO XXII – BUQUE “PUENTE CASTRELOS” SEGUNDO EMBARQUE
Cuando se me hizo el relevo, el 3 de Octubre de 1977, para ganar días de navegación me enroló el nuevo Capitán (Yayo), como Primer Oficial, el 11 de Octubre, situación en la que permanecí hasta el 11 de Enero de 1978.
Durante este tiempo estuve haciendo el curso de capitán en la Escuela Náutica de Cádiz. Tenía alquilado un apartamento y algunas semanas se venía María José con nuestro hijo Jorge, y Pepi, la chica que había entonces en casa; Pablo no pudo venir porque ya había empezado el colegio.
Los fines de semana los pasaba en casa. Una de las semanas que mi familia venía a estar conmigo, a la vuelta nos cayó tal cantidad de lluvia que tuvimos que parar en una gasolinera para esperar a que amainara el temporal.
El curso fue bastante bien, ya que la parte de cálculos a la que todos los compañeros temían, y dado que nos dejabn tener encima todo lo que quisiéramos, a excepción de una calculadora programable, pensé que no habría ningún problema y no le dediqué tiempo, pues anteriormente había preparado toda la formulación posible que podría salir en un cálculo, incluyendo compensación magnética, reconocimiento de estrellas, situaciones, navegación costera, cinemática, etc.
La mayoría de los compañeros que hacían en curso perdían las mañanas haciendo cálculos, pero yo las utilizaba para preparar las demás asignaturas y la teoría de Astronomía. Como no había catedrático de Construcción Naval y Teoría del Buque, el sustituto nos dijo que preparásemos un examen durante el curso y éste sería el que nos pondría cuando llegase el momento, cosa que así hizo y nos sirvió para conseguir buena nota en esta asignatura.
Tuve que obtener el Certificado de Control Naval del Tráfico Marítimo, según normas de la OTAN, para obtener el título de Capitán, aunque España aún no formaba parte de esta Organización; para ello, todavía faltaban algunos años.
El 15 de Diciembre terminamos el curso y nos fuimos para casa hasta mediados de Enero, que fueron los exámenes. Las Navidades las pasé estudiando, y como los niños eran pequeños me quedaba por la noches, así que dormía hasta el mediodía. La verdad es que me preparé a conciencia.
El día de Reyes de 1978 volvíamos de comer fuera de casa, y al pasar por la calle Larios un coche me tocó por detrás, a lo que no le dí mayor importancia. Más adelante, a la mitad de la calle, en un semáforo intentó cortarme el paso, pero aceleré y lo dejé atrás.