CAPÍTULO XIX – BUQUE “M. P. GRACE”
Cuando embarqué en La Coruña, en la primera guardia que hice de 8 de la tarde a 12 de la noche, el Segundo Oficial, en vez de venir a bordo para hacerme el relevo, con un taxi envió una bandeja de marisco y pescado del restaurante “El Rápido”, y dos botellas de vino, así que al día siguiente le dije que a ese precio le hacía todas las guardias que hicieran falta.
Este buque pertenecía a la misma compañía, y en él se hacían viajes idénticos, así que de momento todo siguió igual; aunque desde el principio pude notar que había bastantes roces entre el Capitán y Primer Oficial.
Como ya dije en el capítulo anterior, cuando se hacían enroles en buques de bandera extranjera no se utilizaba la Libreta de Navegación, si no que solo se dejaba constancia en el Historial de Navegación; pero como había legalizado días de más en el barco anterior, no pude anotarlo tampoco en el Historial. El Capitán era Francisco Berna Grávalos, con quién años más tarde coincidí en otra compañía, ambos de Capitán.
Había bastantes discrepancias entre el Capitán y el Primer Oficial pues en varias ocasiones me dieron órdenes distintas. La que más recuerdo fue en Point Lisas (Trinidad y Tobago); mientras cargábamos, el primero me mandó que mantuviese el barco en agua iguales y, cuando lo había hecho, el otro me dio la bronca por haber cambiado el asiento. A éste le sugerí que se pusieran de acuerdo pues lo único que yo había hecho era seguir sus instrucciones.
Poco rato después sucedió lo mismo, por lo que me levanté del control y les comenté que cuando se pusieran de acuerdo yo haría lo que quisieran, pero que no estaba dispuesto a aguantar más broncas por seguir la instrucciones.
En el viaje de vuelta a Dinamarca, en Septiembre, le pedí al Capitán mi desenrole para ir a casa; primero por las razones anteriores, y también porque María José podía dar a luz en cualquier momento, aunque el parto se demoró hasta el 13 de Noviembre de 1971
Poco más tengo para contar en este capítulo pues estuve menos de dos meses en M.P.Grace, ya que fue a finales de Septiembre. De cuando desembarqué en Fredericia (Dinamarca), no puedo poner ni fotos, ni asiento en la libreta ni en el historial. Guardo pocos recuerdos de este tiempo, quizás porque la convivencia no fue muy buena debido a los roces que se producían. Años más tarde, cuando empecé a mandar buques traté de evitar estas situaciones pero, aunque siempre lo intenté, a veces no pude conseguirlo, ya que para ello hace falta la voluntad de todos los implicados. En capítulos posteriores comentaré algunas de estas vivencias.